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Septiembre: cuaderno nuevo, energía a tope, ideas grandes.
Octubre: reuniones, correos, incendios del día a día.
Noviembre: los planes… siguen en la cabeza.
Nos pasa a todos.
Y con la inteligencia artificial, más.
La mayoría de empresas quieren hacer cosas con IA. Lo desean, lo dicen, incluso los más osados lo ponen en el plan estratégico.
Pero luego llega la realidad:
Tiempo que no hay, manos que faltan, prioridades que cambian.
Y lo que empezó con ilusión acaba en pilotos sin retorno, presentaciones que envejecen mal y carpetas con nombres del tipo “IA_2025_vf_definitivo_3”.
La IA no fracasa por falta de tecnología.
Fracasa por falta de foco.
Por eso, si realmente quieres que algo ocurra, necesitas cabezas que piensen y manos que hagan.
No alguien que venga a contarte lo que ya sabes.
Necesitas horas/persona con conocimiento de negocio e IA.
Unai