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Déjame ser claro.
ChatGPT es un genio con las palabras. Es rápido, eficiente y sorprendente. Te responde en segundos lo que antes te llevaba horas buscar.
Es como un café cargado en una jornada interminable: te despeja, te da energía, te empuja a seguir.
Necesitas redactar un email persuasivo. Ahí está.
Quieres una lista de ideas para un próximo proyecto. Hecho.
Buscas cómo transformar un texto técnico en algo que entienda tu abuela. Listo.
Es como tener un asistente que no se cansa nunca y siempre tiene una respuesta lista.
Pero cuidado.
El cuchillo también puede cortar por donde no quieres.
ChatGPT no lo sabe todo. Solo sabe lo que ha leído. Y lo ha leído todo… en internet.
Pero, ¿y qué pasa con los datos de tu empresa? ¿Con lo que está pasando en tu planta de producción? ¿Con la intuición que tienes después de años en tu sector?
Pues... que... ChatGPT no tiene sensores, no tiene ojos, no tiene contexto.
Es como un chef espectacular que solo tiene acceso a especias, pero no a los ingredientes frescos de tu nevera.
¿Podrá hacer algo increíble? Sí.
¿Será lo que necesitas? No siempre.
Entreno chatGPT-s expertos para ti. AQUÍ
Unai
